Es muy poco lo que sabemos de la extraordinaria mujer que debió de ser Aurelia, la madre de Cayo Julio César. Nacida en una familia consular, hija de Aurelio Cota y emparentada con Publio Rutilio Rufo, Aurelia fue considerada como una de las bellezas más prominentes de su tiempo. Tuvo muchos pretendientes, pero finalmente contrajo matrimonio con Cayo Julio César, un hombre enfermizo que sólo llegó a ocupar el cargo de pretor y que le dio a Aurelia dos hijas y un hijo, el futuro dictador César.
La muerte del esposo y la relación familiar que les unía a Cayo Mario, hizo que Aurelia sufriera grandes calamidades durante la dictadura de Sila. Parece ser que tuvo que trasladarse a la Subura, el barrio más humilde de Roma, en una de cuyas insulae crió a sus hijos. Cuando Sila decretó la muerte del joven César por negarse al divorcio de la hija de Cinna, fue Aurelia la que suplicó al dictador por la vida de su hijo, logrando salvarle la vida. Parece ser que, siguiendo el ejemplo de su admirada Cornelia, madre de los Graco, Aurelia influyó de forma decisiva en la educación de su hijo, marcando su ambición y su carácter.
Ante las continuas ausencias de César debido a sus compromisos militares y políticos, fue Aurelia la que crió a su nieta Julia, que posteriormente se casaría con Pompeyo el Grande.
Uno de los últimos acontecimientos políticos en los que Aurelia se vio envuelta tuvo lugar cuando, durante las celebraciones de la fiesta de la Bona Dea, que ella misma dirigía, una de sus esclavas descubrió al díscolo Publio Clodio intentando penetrar en la casa disfrazado de mujer. Aurelia ordenó su expulsión inmediata y dio su testimonio ante los jueces que posteriormente llevaron la causa contra Clodio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario